miércoles, 19 de agosto de 2020
Capítulo 19
Los gemelos Mendoza tienen 18 años. Recién acabaron las vacaciones, vuelta al trabajo y a la escuela. Los padres de los muchachos les han organizado una fiesta de cumpleaños en la casa. Carlos no falta. Felicita a Juan con un efusivo y cariñoso abrazo. Con Emilio es algo más distante aunque sí chocan sus manos y le toca el brazo. Con eso ya Emilio se derrite. Aunque le da pena que Carlos no lo haya querido abrazar. Ambos reciben dinero de sus padres.
--habíamos pensando hacer una fiesta en un hotel pero es mejor dinero para qué hagáis lo qué queráis –dice el hombre.
El hombre abraza y besa con orgullo a sus dos hijos.
--os quiero mucho a los dos.
Desde el asunto con su profesor su relación con su padre ha estado algo fría y a Emilio le hace feliz sentir de nuevo el calor de su padre.
A solas en casa de Conchi, las dos tumbadas en la cama, comentan todo lo que ha pasado en la fiesta.
--ya están mss resignado con que seas gay ¿no?
--Bueno no se habla de ello en casa y así parece que todo es correcto aunque no sé que harían si me presento un día en casa con un chico de la mano
--¿y lo harías?
Emilio sonríe pícaro:
--si es Carlos ni lo dudo.
--Pues sí no les haría demasiada gracia.
Los dos se ríen.
--¿y qué vas a hacer con el dinero?
Emilio sonríe pícaro:
--coger.
Conchi se lo toma más bien a broma. Divertida dice:
--pues sí, es una buena forma de gastarlo.
Emilio se mueve con total libertad en la habitación de su amiga. Se sienta en la computadora y entra en una Página de contactos
--por fin puede entrar sin mentir sobre mi edad.
Conoce una página en la que varios chicos ponen fotos y ofrecen sus servicios sexuales.
--A lo mejor encuentro el hombre de mi vida… --dice Emilio excitado.
--lo que no dudo es que encuentres un hombre dispuesto a arruinarte…
--si cobran deben ser guapísimos y para un capricho… tener un hombre que de otra manera no tendrías.
Van mirando fotos…
--pues son más bien corrientes, yo no pagaría por ellos.
--si deben ser que los más guapos son más caros –dice él resignado.
Se siente frustrado porque sabe que nunca tendrá con Carlos lo que desea y bueno estar con un chico bien guapo lo consolaría pero no tiene espera. De pronto Emilio se queda impactado.
--¡¡Este¡ ¡¡ESTE¡
Entra en la página. El chico se hace llamar TresrEra. Es un chico de 18 años, rubio de ojos azules. Guapo, delgado y muy seductor.
--¡¡es igual a Carlos… es igual a Carlos¡
--si bueno… es del mismo estilo… --dice Conchi.
Emilio va mirando las fotos del chico. No puede tener nada con Carlos, aunque le duele, a eso se ha resignado pero ese chico sí está a su alcance. Mirando sus honorarios ve que se lo puede permitir. Es un capricho caro pero que por una vez se lo puede dar.
--¡¡me voy a acostar con él¡
Emilio ya no necesita mirar más. El fuego lo ha devorado. Es muy guapo. Pelos de punta, todo un monumento, un pastel que se quiere comer. Además es muy coqueto. El chico se sabe guapo y le gusta que lo admiren. Hay muchas fotos de él con su cámara de fotos. Fotos que se ha hecho él mismo frente al espejo del baño de su casa. Hay varias fotos en bóxers, él con cara de cachondo tocándose.
--¡que paquetorro¡ --dice Emilio.
--se nota que lleva puesto un calcetín… No en todas tiene el mismo bulto.
Emilio ya babea por él. Almenos por un rato se ha olvidado de Carlos. Son fotos muy cotidianas en las que hasta se ve la taza del váter.
--bueno… pronto lo voy a comprobar –dice excitado.
Emilio pone un mensaje pidiéndole una cita.
--¡ojala me conteste pronto y pueda quedar con él¡
Conchi lo ve demasiado exaltado y eso le preocupa.
--Es un chapero, se acostará contigo porqué le vas a pagar. Que no se te olvide.
--Si ya lo sé… sólo una vez y lo olvido.
Emilio lo tiene claro, sólo quiere que ese chico guapo lo lleve al cielo una vez, que le haga olvidar su realidad. Le gusta mucho lo que ve. TresrEra es muy atractivo, coqueto. Pelos de punta pero por la parte de abajo rapado. Le gusta explotar su cuerpo. Vestido lleva un chaleco pero sin camisa que deja ver su torso. No fornido pero delgado y muy atractivo. Lleva jeans. No se ve de cuerpo completo pero se ve un cuerpo muy bello, perfecto. Emilio va mirando las fotos. No se cansa de mirarlas nunca. Está dispuesto a esperar en casa de su amiga hasta que el chico le conteste. Tiene fotos en primer plano mostrando su bello rostro de ángel travieso. Muestra su rostro en todos los perfiles. Tiene dos lunares bajo el labio y la barbilla y un tercero en el otro lado encima del labio, muy sensuales… También hay una foto en la que no se le ve la cara. Se levanta la camiseta para mostrar su ombligo. Se le ve la parte genital. Pantalones desabrochados, se le ve la goma de los calzoncillos que es algo que a Emilio le pone muy cachondo.
--la tiene pequeña. No se ve le bulto –va diciendo Conchi.
A Emilio eso no le preocupa.
--Ni que fuera lo más importante. Además me encantan pequeñitas para hacerlas enormes yo.
Los dos se ríen excitados. Emilio está muy cachondo. TresrEra le ha puesto así. El chico contesta al mensaje.
--¡¡me ha contestado, me ha contestado¡
Emilio está muy ansioso. Enseguida escribe:
--¡ya, lo antes posible…¡
--que no te vea tan ansioso que te va a cobrar más –le aconseja Conchi.
Mas Emilio no le hace caso.
(Margarita Rosa de Francisco como la madre de Carlos)
Por su lado, Juan también tiene claro lo que va a hacer con el dinero de su cumpleaños. Va a una joyería. No es gran cosa lo que puede comprar pero sí lo hace con cariño. Luego compra rosas y así se presenta a casa de Carlos. La madre de sofoca.
--¿qué haces aquí?
Juan se muestra como un joven enamorado al que no le importa para nada la diferencia de edad.
--te he comprado esto.
La mujer no quiere aceptar pero él insiste.
--sé que no es mucho pero me he gastado todo el dinero que tengo.
Conmovida la mujer le va diciendo que no es eso, que es mejor que se vaya.
--Te amo… --le dice él.
--vete, por favor –jadea ella.
Juan la acaricia, va entrando. Su cuerpo le dice que sí y su boca que no.
--Yo sé que tu matrimonio está roto que no te soy indiferente.
--Es que eres tan joven… --jadea ella feliz en sus brazos.
--Pero soy un hombre, un hombre libre. Un hombre que te ama.
Juan la besa y ella se deja arrastrar hacia el dormitorio.
Mientras, Emilio llega al lugar en el que ha quedado con su cita. Lo reconoce de lejos. Queda impresionado. Sabía que era guapo pero en realidad lo es más. Siempre pensó que Carlos era el chico más guapo del mundo. Si los tuviera juntos a los dos dudaría. Vestido con gafas de sol pese a que no hace sol. Muy chulo. Con jeans, informal pero elegante. Aros en las orejas, camisa un poco abierta, lleva crucifijo que es algo que le sorprende… El pelo algo más largo que en las fotos que en la parte bajo de la cabeza estaba rapado. Eso sí pelos muy de punta. Lleva pircieng en las cejas…
--¿Decepcionad? –le pregunta TresrEra al acercarse y ver que no le dice nada.
--No… eres tal y como yo te había soñado… --Emilio maravillado.
--Vaya… me alegro--coqueto.
Emilio lo mira como si fuera una aparición y TresrEra lo invita a seguirlo. Emilio no puede creer que vaya a acostarse con ese buenorro.
Juan y la madre de Carlos están desnudos en la cama.
--Esto es una locura y en mi propia cama. Es mejor que te vayas…
Juan ha logrado el sueño de su vida y no está dispuesto a renunciar a él.
--No, no nos vamos a esconder.
Ella quiere salir de la cama pero él la agarra y la besa y ella se rinde. Está de nuevo entre besos y caricias. No se dan cuenta que Carlos ha llegado en la casa. La puerta del dormitorio está abierta y Carlos se queda helado al ver a su madre desnuda en los brazos de su mejor amigo y cuñado. Su grito de rabia y horror interrumpe a los dos amantes.
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