Carlos sale desnudo de la cama de Conchi. Ella está muy satisfecha. Siente a Carlos como un trofeo.
--es que cuando oí hablar de ti sabía que eras guapo pero no tanto.
Él la mira sorprendido.
--¿de qué hablas?
Ella sonríe:
--No nada.
Carlos se empieza a vestir.
--No te vistas, es un delito que tapes tu cuerpo. Eres guapísimo.
Conchi lo mira con deseo. Le gusta mucho ese chico y le gustaría poder quedárselo para ella. A Carlos le halaga sentirse admirado, guapo y Conchi lo hace sentir así pero se siente vacío. Un polvo con una mujer lo relaja, lo desahoga pero no le hace gozar ni lo satisface. Echa de menos tener sexo de verdad, con un macho y por eso ha caído fácilmente en los brazos de Conchi. Ésta cree que es porqué le resulta atractiva no imagina que Carlos echa de menos a cualquiera de los amantes chico con los que ha disfrutado en sus vacaciones de verano. El cariño que siente hacía Isabel hace que tenga miedo de estar con un chico y que esto llegue a oídos de ella. Así que Emilio, con el que sabe tiene todo el sexo que quiera asegurado, está descartado. En realidad es libre y la chica no le podría reclamar que le fuera infiel pero que esté con chicos… eso ya es otro tema. Carlos se empieza a vestir ante la mirada llena de excitación de Conchi.
--Puedes venir a buscarme siempre que quieras –dice ella—siempre estaré pendiente de ti.
Él se siente muy hombre al tener a una chica tan dispuesta a hacer lo que él quiera. Se abrocha los pantalones. Le sonríe aunque por dentro se siente amargado por no vivir su sexualidad de una forma libre.
--Te lo agradezco pero tú sabes que estoy enamorado.
Conchi se muestra coqueta, desnuda y haciendo gestos obscenos.
--y tú eres muy amigo de Juan, debes saber que yo lo estrené.
Carlos la mira serio:
--No tengo nada con Isa, no tengo porqué serle fiel pero…
Ella se levanta, no se da cuenta que ella no despierta deseo en él. Lo calla con un beso.
--Te juro que nunca nadie sabrá de esto nuestro
Carlos se acaba de vestir más tranquilo. Va hacia la puerta sin decir nada. Ella se despide de él, le manda besos.
--¡vuelve cuando quieras¡
Carlos en el ascensor se pone triste.
--Si mi Isa me diera el sí, si fuera mía. No necesita buscar a nadie para tener sexo. Ni a esa guarrilla ni a ningún chico.
Carlos piensa que si tiene el amor de Isabel eso va a borrar su lado más sexual. No quiere reconocer la frustración que siente cada vez que piensa en los días de sexo con chicos que tuvo en sus vacaciones y que ahora no tiene. No quiere que nadie le pueda decir a Isabel que es gay así que, aunque le cuesta, se traga sus emociones. Lo vive como un sacrificio de amor.
Conchi hubiera querido que Carlos se quedara más tiempo con ella pero a la vez tiene muchas ganas de contarle a Emilio que ya lo ha conseguido.
--¿¿tan pronto?¡que cerdo y encima dice que está muy enamorado de mi hermana¡ ¡¡caradura¡ --dice Emilio cuando habla con su amiga por celular.
--¿te vienes?
Emilio tiene ganas de saber pero también está dolido. Siente celos. Le duele que Carlos no sea gay y además que no esté tan enamorado de su hermana como dice.
--¿y si se cansa de ella y la deja?
Aunque recién lo ha conocido, Carlos se le ha metido dentro. Se resigna a que nunca lo tendrá pero almenos estar a su lado. No dejar de verlo nunca. Llega a casa de su amiga, se tumban en la cama. A Conchi no le importaría que Carlos se quedara con ella, Emilio lo que quiere es tenerlo cerca y como cuñado lo logra.
--bueno si fuera mi novio, también podríamos salir juntos.
--No es lo mismo, no lo tendría metido en mi casa.
Pero Emilio no está ahí para hablar de eso, quiere detalles. Está muy cachondo al saber que hace escasos minutos Carlos estaba sobre esas mismas sábanas desnudos, retozando, gozando. Habla excitado.
--¿qué tal?¿como la tiene?
--buau… es una pena tan guapo pero con una cosita tan pequeña entra las piernas. Con lo grande que la tenéis tu hermano y tú…
Eso también decepciona un poco a Emilio:
--¿la tiene pequeña?
Ella hace la medida con los dedos:
--si, una cosita así de no más de 6 centímetros. Es una pena.
Emilio le habla muy excitado:
--¿¿y si le pone muy gorda?
--Le crece mucho. Muy larga pero muy delgadita.
--bueno, ya saben lo que dicen… pequeña pero juguetona. Seguro que sabe usar muy bien su látigo…
--ni creas… no tiene mucha experiencia.
Emilio está un poco desinflado…
--pero es muy guapo… yo moriría por mamársela.
--Eso sí, sólo por tenerlo desnudo ya merece la pena.
Las dos amigas hablan muy excitadas y cachondas. Están calientes. La belleza de Carlos las tiene así.
Al cabo de unos días, Emilio comienza un nuevo curso, en una nueva escuela. No conoce a nadie, nadie lo conoce. Comienza con el corazón enamorado y herido y además sediento. Con ganas de conocer a alguien que le dé lo que parece que no le va a poder dar Carlos . Le llama la atención un chico moreno. No le parece especialmente guapo pero sí tiene muy buen cuerpo. Lleva tejanos y se le ve un muy buen culo. Coinciden en el lavabo. Emilio tiene ganas de verga y le excita ver que está muy separado. Están los dos juntos y no le cuesta nada verla. Le da un poco de miedo porque el chico tiene cara de enfadado pero está muy guapo y Emilio sediento. No se puede resistir. Tiene buena verga. La tiene muy agarrada con las dos manos por aún así le ve un buen trozo, calcula que unos ocho centímetros. El chico se la mueve mucho.
--hola ¿Qué tal? Vamos al mismo salón. Soy Emilio.
El chico lo mira serio:
--sí ya te vi… Yo soy Ronny.
Emilio le habla porque así se la puede ver mejor. Los dos están muy nerviosos.
--así que te expulsaron por mamársela a un profe.
--¿Cómo sabes?
--Aquí todo se sabe.
--Pues sí y me mandaron al pueblo de castigo y me la he pasado cogiendo con mi primo.
Emilio está muy excitado. Le pone cachondo que ese chico que está tan macizo sepa de su vida sexual, confía en que pueda tener algo con él. El chico aún es virgen y aunque no siente atracción por Emilio dice:
--yo no soy gay pero me encantaría que me la mamaran.
--esa es mi especialidad.
Se aprovecha que ese chico, que está bastante bueno, aún no ha experimentado con el sexo así que evita que otra se le adelante. Ronny se deja llevar por sus ganas de conocer el sexo. Aunque casi se ahoga porque es muy grande, Emilio se la traga entera y bebe de él. Ronny queda muy excitado.
--por favor. No se lo digas a nadie.
Emilio se queda con ganas de más. Se aprovecha de las circunstancias.
--pero te someteré a un pequeño chantaje –le dice con ironía.
Ronny lo mira sofocado:
--¿me vas a pedir dinero?
Emilio lo mira cachondo:
--No, quiero mamártela siempre que me apetezca.
Ronny lo mira sensualmente pero no dice nada. Lo deja con la intriga. No le importa que Emilio se la chupe mientras no consiga una chica que se lo haga pero no quiere adquirir un compromiso con él. Emilio sale contento. Tiene un amor, Carlos , y además un chico con el que gozar comiendo lo que más le gusta, Ronny. Al volver a clase se sorprende al ver un culo conocido y que le gusta mucho.
--¿Carlos ?
El chico se gira. Se muestra nervioso. Saluda a Emilio procurando ser amable y Emilio está cachondo.
--¿qué haces aquí?
A Carlos le pone demasiado nervioso el deseo de Emilio porque le hace recordar lo que tanto desea y no se atreve a tener. Emilio está a 100. Después de haber disfrutado de un buen nabo lo que más ilusión le hacer es ver al chico que lo hace vibrar y suspirar.
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