martes, 18 de agosto de 2020

Capítulo 1


“Tuve claro que era gay aquel día que con mi amiga Conchi y otra amiga de ella estábamos de compras. Estamos en la zona de probadores, quedaba en un rincón. Nadie nos prestaba atención. La amiga de Conchi abre la cortina y está él (Renato Rossini) y sin que él se dé cuenta lo miramos. Se desnuda haciendo sexys movimientos. Se queda totalmente desnudo. Primero de culo. Muy presumido, se va moviendo delante del espejo para ver su buen formado cuerpo. Se da la vuelta y le veo su buen formado cuerpo. Se da la vuelta y le veo la verga. Tiene un cuerpo muy bonito. Está muy guapo. Yo lo observo extasiado. Nunca había visto algo tan bello. Se acabaron las dudas, los miedos. En ese momento supe lo que quería. Supe que quería coger con un rubio tan impresionante como ellas. Las chicas ríen por la manera del guapo de comportarse. De repente él nos sorprende.
--¿¿qué hacéis aquí? ¡no se vale¡¡--dice con la mirada pero de buen rollo, no enfadado. Al contrario, le gusta sentirse deseado. A mi ni me prestó atención y eso me dolió. Fue la primera vez para ambas. Al tipo le gustó eso de estrenar dos chicas a la vez. No lo volvieron a ver y yo como las odié, como hubiera querido estar con ellas. 

Desde entonces me di cuenta que todo había cambiado, a mis compañeros de clase, a mis profesores. A todos los veía desnudos en mi mente, a todos deseaba verlos desnudo. Me preguntaba como de grande la tendría con cada chico que veía a mi alrededor. En especial José Luis, mi profesor de historia. Yo no había cumplido aún los 16 años y él ya tenia los 60. Era viejo pero muy guapo. Se notaba que a mi edad había sido todo un buenorro. Nunca me había fijado en él. Miento. Hace casi cuatro años me puso cachondo pero en ese momento no supe lo que me estaba pasando. Ahora me daba cuenta que mi viejo profesor fue el primero en hacerme sentir deseo. La primera vez que me pajeé fue pensando en él. Estábamos en un parque acuático. Los vestuarios eran dos casetas individuales. No había para todos así que había que hacer turnos. La profesora decía que no teníamos que ser tímidos, que los chicos saliéramos en calzoncillos y para dar ejemplo el profesor de historia fue el primer en entrar y en salir. Entró en bañador y salió en calzoncillos. Era la primera vez que veía un hombre en calzoncillos y me gustó. Vaya sí me gustó. No lo supe sino ahora que de nuevo he vuelto a sentir el deseo y más fuerte pero ahora después de desear al guapo del probador y ver a mi profesor, en clase sólo le miraba el paquete. Recordaba como lo vi en calzoncillos. Blancos, muy pequeños, apenas dejaba nada a la imaginación. Se le veía muy buen paquete. Don José Luis daba sus explicaciones en clase yo le miraba en clase y sólo pensaba en el paquete. En mi profesor en calzoncillos. En ese momento lo que más pensaba era en hacerle una mamada. No podía pensar en otra cosa. Todos los días me pajeaba tres veces. Una pensaba que se la chupa al rubio del probador, en la segunda que se la chupo a mi profesor y en la tercera que ellos dos me la chupaban a mí. Y muchos días hasta una cuarta en la que me veía con esas dos vergas que me las imaginaba bien gordas en mi boca. Fueron meses de frustración, de quemarme por dentro no tener lo que deseaba. De pronto todo cambió en el viaje de fin de curso. Mi profesor fue a hacer pis y yo fui detrás. Estábamos los dos solos, cada uno en un urinario. Yo tenía muchas ganas de ver lo grande que lo tenía. No imaginaba cómo la podía tener un hombre de su edad. No me atrevía a mirar pero es que tenía demasiadas ganas. La miro de reojo. Me decepciona. Es muy pequeñita. De hecho hasta ya la tengo más grande pero estaba muy excitado. José Luís me mira y me sonríe. Y justo aquí es cuando comienza mi historia”.
(Andrés García como José Luis)

Emilio, a sus 17 años, siente una fuerte atracción hacía su guapo profesor de historia. Los dos solos el uno en el urinario de al lado. Cada uno con sus instrumentos sexuales en la mano. La del profesor José Luís es pequeña y experta. La de Emilio grande y virgen (sin contar la miles de veces que Emilio la ha estrujado con sus manos e incluso muchas veces ha intentado sin éxito chupársela él mismo para así sentir el placer de chupar y ser chupado). Aunque es pequeñita a Emilio le gusta.
--seguro que se le pone muy grande –piensa.
Cuanto más mira más le gusta y más ganas tiene de metérsela en la boca. El profesor lo mira amable. Se ha fijado en el enorme aparato sexual de su alumno y no puede evitar que le haya excitado pero sabe que es algo prohibido, algo que no puede permitir que nadie lo note. Habla a Emilio con cariño. No le puede regañar cuando él también se la ha mirado pero quiere que Emilio sea discreto para evitar que alguien se dé cuenta.
--No deberías mirar tanto. Un día te vas a meter en un lío.
Emilio se pone nervioso. Es un profesor y le ha pillado mirándole el pene en el lavabo. Hasta le puede contar a sus padres y hacerle un lío. Emilio está cachondo. Ya no puede más. Su profesor le tiene loco, lo desea sexualmente y no se lo quiere callar. Habla nervioso pero sin dejar de mirar. Emilio quiere que José Luís tenga claro lo que quiere, lo que busca.
--es que me gusta mucho.
--¿mirar?
A José Luís le llena de ternura la inexperiencia de él y le excita su sinceridad. Emilio sonríe tímido:
--mirarle la verga a usted.
Emilio tiene miedo que su profesor se enfade pero se da cuenta que no, que aunque no lo reconoce le gusta.
--Soy tu profesor, podría ser tu padre.
--En realidad mi padre creo que es mucho más joven que usted… nos tuvo a mi hermano y a mi con 15… --sonríe Emilio.
José Luís se la sacude ante la atenta mirada de Emilio.
--pues sí, sí que es mucho más joven.
José Luís va a salir pero Emilio, con su tierna verga entre las manos, le suplica:
--No me deje así
--tú sabes que no debo --el profesor quiere pero sabe que no puede.
Emilio desea chupar la verga de su profesor, trata de dar pena:
--es que si no lo hago hoy buscaré desesperado a cualquiera y me puede pasar algo.
José Luís sonríe. Está calentándose aunque no tanto como Emilio:
--no debo hacerlo.
Emilio se da la vuelta y deja que su profesor lo vea con su tierna verga fuera de la cremallera.
--no se lo diré a nadie.
José Luís le guiña el ojo. Seductor. Le excita la juventud del chico, su ansiedad. Hacía años que nadie lo miraba con eso deseo y le gusta. No le dice nada, le hace gestos de ir al baño, de qué lo acompañe. Emilio traga saliva. Lleva meses deseando que llegue ese momento. Antes de encerrarse, el profesor le advierte:
--tú sabes que estoy casado, que tengo dos nietas casi de tu edad.
Emilio es el que cierra la puerta, se arrodilla ante su guapo profesor y empieza a bajarle la cremallera.
--apuesto a que su esposa nunca se la mama…
La cara de José Luís es de confirmación y satisfacción. Emilio actúa rápido. Tienen un rato para comer y seguro que nadie piensa en ellos pero le preocupa que José Luís lo deje con las ganas, que entre alguien. Más que el hecho que lo descubran, lo que le preocupa es el quedarse con las ganas. José Luís acaricia la cabeza de su alumno mientras éste se la chupa con la pasión y las ganas de lo desconocido. El maduro profesor ya había olvidado lo que es que le hagan una buena mamada. Aunque Emilio es inexperto, está haciendo gozar a su profesor y eso es lo que más lo anima. Otro chico había entrado en el baño y ha llegado a verlos entrar, pega la cabeza en la puerta. Los lametones de Emilio al profesor son tan fuertes que se oyen, también se oyen unos pequeños jadeos del profesor. El chico sale corriendo. Busca a alguien.
--¡¡ya era hora… Juan, Juan¡

Juan es un guapo rubio. De pelo largo. Estaba coquetando con tres chicas bien seductor. No le hace caso al chico. Éste lo llama de nuevo.
--¡es importante¡
Para Juan lo único importante son estas tres chicas que se están dejando tocar. Él ya está apunto de enseñarles el condón y buscar un rincón para vivir lo que tanto deseo.
--¡se trata de tu mellizo¡
Al oír eso, Juan se levanta de golpe.
--¿qué le pasa a mi hermano?
El chico se lo lleva a un aparte.
--¿qué pasa? ¿Cuál es el misterio?
Como si fuera algo muy grave, el chico dice:
--¡está en el baño. Le está haciendo una mamada al profe de historia¡ ¡que asco¡
A Juan lo que más le molesta que el chico lo planteé como algo grave.
--¡que se la mame a quien quiera. Mi hermano es mayorcito y si le gusta mejor para él¡
--¿¿¡es que te da igual que esté cogiendo ahora mismo en el baño con un profe?¿¡y si lo pillan?¡ --el otro escandalizado.
No lo ha dicho muy alto pero sí lo suficiente como para que una profesora lo oiga. Juan trata de cambiar de tema, que no vayan a comprobarlo. No quiere que todos se enteren. Los profesores ordenan a los alumnos que se queden reunidos. Todos hablan de lo que ha pasado. Juan va detrás de los profesores para tratar de impedir algo. José Luís en ese momento se la está chupando a Emilio que no aguanta la erección y le escupe en toda la cara. Es cuando uno de los profesores da una patada a la puerta y la abre. Sorprende al profesor de rodillas, con los pantalones y los calzoncillos bajados, la boca pintada de blanco. Delante Emilio con sus pantalones y calzoncillos en los pies.

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