Carlos le suplica con la mirada a Iván que no diga nada pero éste no se calla.
--¡Este de hetero no tiene nada, ha cogido con más chicos que tú y yo juntos¡
Carlos agacha la cabeza. Emilio está muy impactado.
--¡¡eso es imposible¡
Iván mira burlón a Carlos:
--Dile, dile que esta mañana cogimos en la playa y que no es nuestra primera vez.
Emilio está boquiabierto, mira a Carlos con ojos llorosos. Casi en estado de shock. No es capaz de decir nada. Carlos está muy incómodo. Ni le apetece dar explicaciones ni hacer un show ya que se da cuenta que hay gente alrededor escuchando.
--Yo no tengo que dar explicaciones.
Iván agarra del brazo a Carlos y molesto le dice:
--¿¡¡a qué juegas con mi primo?
Carlos mira un poco avergonzado toda la gente que hay a su alrededor.
--¿no podemos hablar de esto en privado?
Iván empieza a gritar a la gente.
--¡¡largo de aquí¡
Luego mira a Carlos:
--¡ya estamos solos¡ ¡¡habla¡
Carlos no se atreve a mirar a los ojos a Emilio. Lo quiere mucho y le duele su dolor. No está dispuesto a dejar que lo juzguen.
--Vale, sí soy gay ¿y qué?
Como Emilio no puede hablar, es Iván el que reclama:
--¿¿has estado jugando con mis primos? ¡A Emilio lo has dejado frustrado y que pasa con Isa ¿no es que la amabas?
--¡Yo he sentido cosas por Isa, estoy seguro que la iba a hacer feliz aunque para el sexo prefiero a los hombres. Yo no he engañado a Emilio, hubiera hecho mal si me hubiera acostado con él pretendiendo a su hermana¡
--pero te acostabas con otros –le reclama Iván.
Emilio decepcionado dice:
--¿porqué otros y no yo?
Carlos sufre por el dolor de Emilio. Nunca lo quiso lastimar. Le duele ver ese dolor en unos ojos que antes lo miraban con amor y devoción:
--Porqué tú buscas algo serio y yo sólo divertirme. Tú no eras de sólo diversión y yo no te puedo dar lo que tú quieres.
Emilio que no ha tenido nada con Carlos sufre. Le dolía menos saberlo imposible por hetero que saber que es gay y se acuesta con cualquier menos con él. Se siente estafado. Puede aceptar que Carlos no quisiera tener nada con él siendo hetero pero siendo gay, eso le cuesta digerir.
--Ojalá nunca te hubiera conocido –le dice entre lágrimas.
Esa mirada herida se le clava en el alma a Carlos.
--Lo siento yo… --dice tratando de acariciarlo.
Emilio lo rechaza dolido.
--¡¡te odio no quiero verte nunca más¡
Emilio sale huyendo. Carlos se ha quedado triste. El odio de Emilio es algo que lo mata, que le hace darse cuenta de lo mucho que lo quiere. Quisiera ir tras él pero Iván no le deja.
--¡¡déjanos en paz, ya nos has hecho mucho daño¡
Carlos está molesto con Iván y consigo mismo:
--¡¡¿porqué has tenido que volver?¡
Están en ese enfrentamiento cuando un frenazo y un golpe de alguien que ha sido arrollado les hiela la sangre. No han visto como Emilio cruzaba la carretera. Un auto le ha pasado por encima y queda tumbado en la carretera, en medio de un baño de sangre. Tanto Carlos como Iván van corriendo hacia el lugar.
--¡¡Se ha matado, se ha matado por tu culpa¡ --le reclama Iván.
Carlos se lleva las manos a la cabeza. Está viviendo una pesadilla de la que quisiera despertar en cualquier momento. Rompe a llorar.
La familia se ha reunido en el hospital. El estado de Emilio no parece grave para aún no recobra el conocimiento. Los médicos no son claros. Todos están muy angustiados. Juan, Isabel y los padres de los muchachos. Carlos está en un rincón. Se siente incómodo con la presencia de Juan e Isabel (que también lo miran distantes) pero lo que más le preocupa es que a Emilio le pueda pasar algo.
--pero ¿¿qué es lo que ha pasado? –pregunta el padre.
--No lo sé… exactamente no lo sé –dice Iván mirando a Carlos con reproche.
Llega Conchi con Roque. Los dos muy preocupados.
--pero ¿¿qué ha pasado?
La angustia se respira en el ambiente.
--¿podemos verlo?
--No, mejor espera un rato –padre.
Todos se van dispersando un poco mientras esperan noticias. Juan se acerca a Carlos tímido.
--¿cómo estás?
A Juan le duele mucho haber perdido la amistad de Carlos. Éste muy preocupado.
--por favor… déjame ir a ver a tu hermano.
--sí claro… sabes que para mis padres eres un hijo más….
Iván no le saca los ojos de encima.
--es que él no me va a dejar.
Juan no entiende lo que está pasando y Carlos no tiene ganas de explicarle. Le pide que entretenga a Iván y así él puede entrar. Juan hace lo que le pide. Carlos entra, se le parte el alma ver a Emilio tan frágil. Se sienta sobre la cama. Le angustia mucho pensar que a Emilio le pueda pasar algo.
--No me hagas esto… No me puedes dejar.
Le da un beso en los labios y como si fuera una princesa de cuento, Emilio despierta. Le medio sonríe. Carlos lo acaricia ansioso y aliviado porque se ha recuperado:
--¡¡si quieres podemos intentarlo, lo que sea menos perderte¡
--no quiero tu lastima.--dice débilmente.
Está feliz que lo haya besado pero ahora no lo quiere aceptar.
--ya es tarde… --dice Emilio herido.
Carlos está desesperado.
--Tengo miedo al compromiso pero más miedo tengo a perderte.
Para convencerlo lo besa y entra el padre. Se le hiela la sangre.
--¿¿Qué es esto?
--su hijo y yo estamos enamorados --dice Carlos para sorpresa de Emilio.
El hombre cree que Carlos dejó a Isabel por Emilio y se pone furioso. Deja bien claro que jamás permitirá a Emilio estar con el novio de su hija. Carlos está convencido que Emilio defenderá su amor pero Emilio no quiere a Carlos a su lado porqué no está convencido de los sentimientos de éste. No lo desea a la fuerza, lo ama demasiado para tenerlo a su lado por obligación.
--No, yo tengo novio. Se llama Roque.
--Si, acaba de llegar –padre aliviado.
--Que entre.
Carlos se va dolido por el rechazo de Emilio. Él y Roque se encuentran cara a cara. Ambos se sorprenden al verse pero no se dicen nada. Para sorpresa de todos, el padre echa a Carlos de la clínica de malos modos y sin dar explicaciones. Carlos se va angustiado por el rechazo de Emilio, de su padre. Cuanto más lo alejan de él más se da cuenta de lo mucho que lo necesita y quiere. Por su lado, Emilio se quiere refugiar en los brazos del guapo Roque. Éste impresionado por haber visto a Carlos le pregunta qué tiene que ver con él. Carlos ya es su pasado y por eso no tiene problemas en confesar que estuvo muy enamorado de él pero qué Carlos sólo quería sexo. Emilio se siente muy humillado y no quiere saber nada de un amante de Carlos y le pide que se vaya sin darle explicaciones. Ni siquiera a Conchi se las quiere dar. Juan entra en la habitación de su hermano que está llorando. Se siente en la cama. Lo acaricia con cariño.
--¿qué está pasando?
El cariño de su hermano hace que Emilio se confiesa ante Juan:
--¿tú sabias que Carlos es gay?
--¿que tontería dices?
--Se acostaba con todos menos conmigo… --Emilio con amargura.
Juan no puede creer en lo que le dice su hermano, cree que es por el golpe.
Días después,
Conchi recibe una noticia que la deja impactada. Se ha quedado embarazada. Como loca busca al padre, Ronny. El chico que desgarró los preservativos a posta sonríe por dentro aunque ante ella se muestra despreciativo y serio.
--¿y? a las putas les pasan estas cosas. No es mi problema, a saber quien es el padre.
Conchi llora le suplica.
--¿porqué me haces esto? ¡tú eres el padre¡
Los ojos de Ronny brillan de odio. Se ha divertido con Conchi pero además se ha vengado de Emilio. Lo odia porqué tuvieron sexo y gozó. Conchi ama a ese chico y no entiende qué pasa.
--¿porque me haces esto?
Con satisfacción, Ronny dice:
--pregúntale a tu amigo Emilio… que te cuente lo que me hizo.
Conchi no imaginaba que su Ronny era el mismo de Emilio. Se derrumba al darse cuenta que está sola. Ronny se siente más macho por haber preñado a una chica. Siente que las chicas le van mirando de otra manera. Dos le coquetean y él se siente feliz.
Por otro lado, Iván ya se ha ido, Emilio, ya en su casa, no quiere aceptar a Carlos ni a Roque. Se queda triste tumbado en la cama. Juan trata de animarlo. Está muy preocupado por él porque ya ni siquiera habla con Conchi. Es de noche, están los dos en bóxers. Juan se sienta a su lado en la cama. Le pone la mano en la pierna muy fraternal.
--No puedes seguir así. No puedes enterrarte en vida. Tanto desear a Carlos y ahora que él se ve dispuesto ¿le dices que no?
--Carlos se siente culpable del accidente, por eso ahora sale que quiere tener algo conmigo. Así no me vale.
A Emilio le gustaría que Juan le dijera que está equivocado, que Carlos lo quiere enserio pero Juan no piensa eso.
--¿Y Roque? Él te quiere de verdad.
--No, al verle la cara recordaría que Carlos se acostó con él y eso me duele. Me duele mucho.
Juan abraza a Emilio. Lo besa cariñosamente. Le duele verlo triste. Emilio se va quedando dormido en sus brazos. Por otro lado, Carlos no puede dormir. Imagina a Emilio feliz en los brazos de Roque y a él odiándolo. Siente dolor porque Emilio y celos porque está con otro. Esto le ha hecho darse cuenta que está enamorado de él. Está muy sofocado y entra en el baño para darse una ducha fría. Nada alivia su dolor y acaba derrumbándose. Llora.
Sabiendo que todos duermen, Juan entra en la habitación de su hermana. Isabel mira excitada la desnudez de su hermano pero a la vez asustada.
--¡No debes venir, nos pueden ver¡
Él le guiña el ojo. La mira pícaro.
--Duermen, no los despiertan ni un terremoto.
Juan en bóxers. Cada vez lo dos están mejor juntos. Son apasionados y no quieren reprimirse. El mundo se paraliza cuando están juntos y se olvidan de todo. El padre va al baño y oye los jadeos, entra sin dudar y se le para el alma. No hubiera aceptado ver a su “ niña” en brazos de otro pero menos en los brazos de su hijo.
Entre gritos y llantos, Isabel y Juan, casi con lo puesto, abandonan la casa de sus padres. La madre llora, el padre dice que están muertos para él. Emilio empeora aún las cosas porque se va con sus hermanos. Se montan en un viejo auto que acaba de comprar Juan.. Carlos llegaba a la casa y se encuentra con la marcha de los hermanos. No soporta la idea que Emilio se aleje de él. Está dispuesto a irse con ellos, a comenzar de nuevo. Emilio dice un rotundo:
--No
Isabel y Juan ya en el auto. Carlos se lleva las manos a la cabeza. Está desesperado:
--¿¿No decías que me amabas? ¿¡porqué no me das una oportunidad? ¿No puedes entender que creer que te iba a perder me ha hecho reflexionar?
Emilio siente que se derrite. No ha querido ver a Carlos porque sabía que se iba a caer a sus pies pero lo ve sincero y eso lo emociona:
--¿En serio sientes cosas por mí?
Carlos defiende su amor con ansiedad:
--Estoy dispuesto a irme contigo y con tus hermanos… ¿no es eso suficiente prueba?
--Y después?
--Hubiera podido tener sexo contigo pero me daba miedo perder tu amistad, ahora la he perdido igual y me he dado cuenta de lo tonto que he sido, que tú me amas es lo mejor que me ha pasado y es que no lo he sabido porque nunca antes lo había vivido. Yo también te amo y no me importa los riesgos. El único riesgo que me importa correr es el vivir sin ti.
Emilio lo que más desea es la felicidad de Carlos y por eso no lo quiere a su lado a la fuerza. Carlos es claro:
--déjame que te demuestre que mi felicidad está a tu lado.
Emilio lo ama a Carlos, ha soñado tanto con un momento así. No puede desaprovechar la ocasión. Siente su dolor y su desesperación. Sí desea intentarlo. Lo abraza, no hacen falta más palabras. Se besan entre lágrimas. Juan los apura:
--nos tenemos que ir.
Maneja Juan. Isabel a su lado. Carlos y Emilio detrás. Las dos parejas se van, no saben donde, no saben cómo van a vivir pero saben que estarán juntos pese a la oposición de sus padres. Se alejan todo lo que les permite el día. En la noche toman dos habitaciones en un sencillo motel. Pese a todo no pueden estar más felices. Juan entra a Isabel en la habitación en brazos. Se sienten marido y mujer. Por primera vez él se siente libre de decir que la ama y que estarán juntos siempre. Por su lado, Carlos y Emilio se encuentran desnudos en la cama. Se miran con deseo, con amor. Tiemblan. Se funden el uno en brazos del otro. Emilio llora de felicidad, ahora sí su sueño se cumplió. Emilio está feliz entre los brazos de Carlos que lo acaricia con mucho cariño. Se hablan con la voz rota, con mucho amor.
--no puedo creer que esto esté pasando –susurra Emilio.
Carlos lo abraza y lo besa:
--Yo tampoco.
Emilio mira a Carlos cómo si fuera un Dios. Carlos siempre tuvo miedo de que Emilio se decepcionara de él después de estar juntos. Ve en sus ojos un gran amor y eso lo hace feliz. Le acaricia las lágrimas.
--¿estás contento? –le pregunta dulcemente.
Emilio está tan feliz que apenas le sale la voz.
--¿y me le preguntas? –murmura.
Carlos lo abraza con fuerza. Es la primera vez que hace el amor. Ha sido distinto a las otras veces, siente que ha estado perdiendo el tiempo pero al fin está donde siempre debió estar. Es muy amoroso con Emilio.
--¿y porqué lloras?
Emilio sonríe entre lágrimas:
--porqué te soñé toda mi vida y eres lo mejor que me ha pasado.
Emilio está tan feliz que se le corta la voz. Carlos lo estrecha entre sus brazos.
--ven acá… --le dice con mucho afecto.
Lo abraza, se funden en un solo cuerpo.
--¿en serio te hago feliz? –pregunta Emilio preocupado.
Carlos sonríe abiertamente.
--Nunca fui tan feliz.
--Si algún día no te hago feliz…
Emilio no quiere que esté con él a la fuerza pero Carlos no quiere que le dé más vueltas a las cosas. Lo calla con un beso y empieza a hacerle cosquillas. Ríen, es la risa de la felicidad, del amor…
Tiempo después… la suerte ha sonreído a las dos parejas. Lejos de sus padres, tienen trabajo, casa y amor. Isabel además anuncia a Juan que está embarazada lo que llena de dicha a Juan. Emilio es el primero al que Juan le dice la noticia. Emilio se alegra por su hermano. Lo ve feliz pero no puede evitar hablarle de los peros. Juan no quiere escucharlo.
--Voy a ser padre, soy feliz. Aquí nadie nos conoce.
--Pero Isabel es nuestra hermana aunque no de sangre, ese bebé nunca podrá llevar tus apellidos. Bueno los llevará porque serás su tío.
--Soy feliz… --enamorado y sin importarle nada.
--Pues me alegro.
Los hermanos se funden en un abrazo. Carlos e Isabel se acercan. Ambos han aprendido a verse como hermanos. Isabel abraza a Juan. Carlos a Emilio. Las dos parejas se sonríen, susurran que se aman y se besan. Están seguros que nunca nada ni nadie los separará igualmente ellos están dispuestos a luchar contra lo que sea.
2 años después… Carlos y Emilio se están bañando en la playa con dos pequeños niños: un rubito llamado Juan de poco más de un año y un moreno llamado Emilio de algo más de dos años. Tanto los hombres como los niños están desnudos. Hay armonía y felicidad entre la pareja. En la arena los observa las madre de los niños, Isabel y Conchi. Todos viven como en un paraíso a parte y están contentos. Juan camina desnudo hacia el mar. Se tira al agua. Carlos y Emilio juegan con los pequeños. Tienen una vida plena y feliz. Juntos se sienten realizados como pareja, como hombres. Están felices en el amor y esos dos pequeños sobrinos a los que adoran son casi como hijos suyos. Se sienten una familia completa y están contentos. Carlos con Juanito y Emilio con el otro pequeño. Muy pendientes de ellos jugando con ellos y enseñándoles a nada. Juan se une al grupo. Abraza a su hijo radiante de felicidad. Carlos y Emilio se abrazan. Llevan al hijo de Conchi en brazos. Emilio mira sonriente a Conchi. La joven ha encontrado una familia, un apoyo para ella y para su hijo. Se miran con complicidad, Emilio está feliz que su amiga del alma forma parte de esta nueva familia que son. Juan es un hombre libre y feliz. Tiene a la mujer que ama y ese hijo que es el fruto de su amor. Se baña y juega con él. A su lado Carlos y Emilio muy juntos con el pequeño al que abrazan entre los dos. Emilio siempre ha compartido todo con Conchi y su hijo no es la excepción. Lo siente como algo de él y le gusta haber trasmitido ese sentimiento a su amado. Carlos le guiña el ojo y le susurra un te amo. Emilio responde feliz otro te amo. Se miran con amor y se besan totalmente enamorados.
FIN.
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