jueves, 20 de agosto de 2020

Capitulo 26




Emilio está muy excitado. No puede creer que vaya a poder tener al fin sexo con su amado Carlos. Siempre pensó que era algo imposible. En ese noche de cumpleaños en donde los dos han bebido y los dos están contentos, Emilio se ha animado a hacer una propuesta. Él se deja convencer pero cuando Emilio ya se ha agachado y se la va a mamar Carlos dice que no y lo deja con las ganas. Carlos sale sofocado.
--No, con Emilio no. Él es mi amigo –dice para si.
No quiere mezclar amistad con sexo. No quiere que Emilio sea uno más, que sea como uno de esos guapos que le dan placer y nada más. Emilio se queda muy frustrado y además con miedo a que Carlos se quiera alejar de él.
--Yo, Carlos… es que yo –balbucea Emilio.
El chico trata de pensar si es mejor confesarle amor, decirle que no busca sólo sexo, que lo ama, que lleva tiempo quemando sus labios en el silencio, frustrando su cuerpo. Carlos se abrocha los pantalones. Él es al primero a quien le interesa que las cosas sigan como hasta ahora. No quiere perder la amistad de Emilio. Es consciente que Emilio lo ama demasiado y él no desea compromisos. Carlos abraza a Emilio que se derrite en sus brazos. Carlos lo besa en la mejilla. Busca desarmarlo y que no diga nada. Busca que Emilio crea que él no se da cuenta de nada, que siguen siendo los mismos amigos de siempre.
--los dos estamos muy borrachos  no sabemos bien qué hacemos.
--si eso –jadea Emilio tranquilizándose al ver que su secreto para a salvo.
Tiene los labios de Carlos tan cerca. Los dos arden de deseo.
--venga, vamos… te llevo a tu casa…
--No, no hace falta. Vine en la moto.
Los dos están muy ansiosos. Emilio está demasiado caliente por todo lo que ha vivido esa noche y no sabe si podrá fingir un rato más. Carlos no insiste porque necesita joder. Espera poder encontrar un chico con el que hacerlo para olvidar al día siguiente. Carlos le sonríe:
--bueno, nos vemos mañana.
Carlos le guiña el ojo, se muestra dulce y Emilio se va sofocado. Excitado, enamorado pero tranquilo ya que todo sigue como siempre. Carlos se queda un rato en el lavabo. Aparece un chico guapo. Los dos miran nerviosos, se miran con cuidado hasta sentir que el otro busca lo mismo y entonces se encierran en el mismo váter donde dan rienda suelta a su pasión desenfrenada.

(Adam Sinclair)






Emilio llega a su casa ardiente. Se encierra en el baño para darse una ducha fría y desahogarse. Está ocupado. Alguien se ducha. Llama a la puerta.
--Juan ¿eres tú? Abre.
Cree que su hermano es el único que se ducharía a esas horas. Por eso cuando le abre no se extraña. Entra y se da cuenta que Iván es el que está en la ducha. Se sorprende al ver a su primo y desnudo, con el cuerpo lleno de jabón. Sus ojos se clava en los genitales. La aparición de su primo no puede ser más oportuna. A Iván le hace gracia la manera tan apasionada en la que su primo lo mira. Le sonríe y le dice divertido:
--cierra la puerta que con que tú me veas las bolas es suficiente.
Emilio no deja de mirar a su primo sofocado y con cara de pervertido.
--Vaya, parece que no te han ido muy bien las cosas en todo este tiempo. Como no volviste creí que ya tenías un macho que te enfriara pero veo que me equivoqué –dice Iván divertido.
Emilio está muy caliente y ver como su primo se toca su cuerpo, como va deslizando jabón por los genitales de éste lo tiene a punto de explotar.
--¿qué haces aquí? –jadea sorprendido.
--¡sorpresa, me quedo unos días con vosotros¡ --Iván divertido.
Emilio ya no necesita más preguntas, se desnuda con rapidez, se mete en la ducha y se lanza sobre su primo.
--oye, que no soy un hombre objeto –dice Iván divertido.
--por favor… Te necesito más que nunca.
Emilio está muy frustrado y necesita que su primo le alivie un poco esa frustración. Iván se agacha a su primo y le hace sexo oral. Emilio cierra bien los ojos. Piensa que es Carlos quien le está haciendo ese favor. Le gustaría tanto que esto fuera así. Luego Iván se levanta. Se apoya en la pared con el culo un poco en pompa y Emilio le da con todas sus fuerzas. Después de descargar el uno en el otro, los dos primos, en calzoncillos, van a la cocina. Toman una cerveza mientras hablan tranquilamente. Emilio le cuenta su pequeña historia con Carlos. Iván lo escucha con atención. Guarda un gran cariño a su primo y le duele saber que sufre por amor.
--Enamorarte del novio de tu hermana… ¡que fuerte¡
--¡Nunca fueron novios…¡ --dice Emilio como para justificarse.
--Bueno pero él es hetero… nunca te va a corresponder… --Iván cariñoso.
--hoy casi se la mamo… --sofocado.
No le confiesa que además han compartido a una chica porque es algo que no quiere que se sepa. El resto de la historia sí se lo ha contado.
--estaba borracho
Emilio está muy angustiado.
--No sé que hacer, me gusta mucho.
Iván le habla con cariño.
--si valoras su amistad es mejor que no hagas nada…
--sí pero es que amarlo, desearlo y saber que nunca podré tenerlo me está volviendo loco…
--Él es hetero, no le puedes obligar a estar contigo…
--lo sé--resignado.
Iván acompaña a su primo hasta la habitación donde ya duerme Juan. Iván la compartirá con ellos unos días. 


Carlos no ha ido a su casa aún. Está amaneciendo. Ha acabado en la playa dándose un baño en calzoncillos. Iván se ha despertado temprano. Tenía ganas de ver el mar. Le excita ver a un chico bañándose. Lo ve de lejos pero se ve que está muy bien.
--vaya, no sabía que en la playa se encontraban estas maravillas…
Iván se desnuda del todo. A Carlos no le preocupa la compañía del otro chico. Al estar el uno al lado del otro se sorprende al reconocerse. Carlos no olvidará su primera vez. Iván sonríe.
--¡qué coincidencia¡
--¿qué haces aquí? –Carlos.
De entrada Carlos se pone un poco a la defensiva porque teme que Iván pueda ser un peligro para que se descubra su secreto.
--estoy en casa de unos primos… En unos días me voy…
Muy divertido, Iván se tira encima de Carlos.
--Tranquilo, esta ciudad es suficientemente grande para que no nos volvamos a ver.
Eso tranquiliza a Carlos. Se tiran encima el uno del otro.
--¡oye, no¡ ¡¡no hagas esto¡ --Carlos sofocado.
Iván le ha sacado los calzoncillos a Carlos.
--¡no, dámelos¡ ¡¡no seas loco¡
--¡así estamos los dos iguales¡ --dice Iván lanzando el calzoncillo.
Pese a que no es temporada de verano, que el agua esta fría, los dos, al saber que el otro está desnudo, se sienten muy calientes. Desean besarse pero ninguno de los dos desea arriesgarse a que los vea un conocido.
--¿porqué no vamos a un lugar donde estemos más tranquilos? –Iván sofocado y cachondo.
--Llevo el coche de mi padre… aunque aún no tengo el carné… --igual de cachondo.
--Eso a mi no me importa…
Los dos se miran con cara de depravados. Salen corriendo del agua.
--¡mariquita el último¡ --Iván divertido.
Van hacia su ropa y de nuevo corren hacia el auto de Carlos. Dentro del auto, ya más relajados se dejan llevar por la pasión. 

Esa misma tarde, Emilio ha ido a tomar algo con Carlos. Está algo nervioso. Tiene miedo que Carlos esté molesto con él. Carlos lo que espera es que Emilio no le diga nada. Si Emilio le confiesa amor ya las cosas no serán como hasta ahora y eso es algo que quiere evitar. Carlos no hace ningún comentario de lo que pasó la noche anterior, como si no hubiera existido. Quiere que Emilio piense que estaba tan borracho que no se acuerda de nada. Emilio va mirando el reloj.
--¿tienes prisa?
--a ver si no se ha perdido… Es que vine con mi primo lo dejé porque quería ir a comprar unos recuerdos… ya debería haber vuelto…
--¿tu primo con el que te lo hiciste?
A Emilio le excita hablar a Carlos de los otros hombres con los que lo ha hecho. Le gustaría verlo celoso pero no es así.
--si, está pasando unos días con nosotros.
Carlos tiene un mal pálpito pero él mismo se convence que lo que está pensando no puede ser. Su presagio se hace realidad cuando tiene delante a Iván que se sorprende al conocer al Carlos del que le ha hablado su primo. Emilio no puede hacer las presentaciones porque Iván dice riendo:
--¿Este es el hetero del que estás enamorado?
A Emilio le molesta la indiscreción que descubra sus sentimientos pero eso es lo que menos le preocupa a Carlos. Hace gestos a Iván como pidiendo silencio. En otras circunstancias sí le guardaría el secreto pero no cuando está engañando a su primo.

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