--¿cómo te llamas? ¿de donde viene eso tan raro que tienes de nick¿y hace mucho que te dedicas a esto?¿con quien vives?¿tienes pareja?
Ese chico tan guapo que tanto se parece a Carlos le despierta mucha curiosidad. También lo desea. Es como si estuviera con Carlos y lo mejor es que ¡van a tener sexo¡ TresrEra le sonríe simpático. Pone cara de querer decirle que son muchas preguntas. Le guiña el ojo seductor y le dice:
--sabes que mis honorarios son para 45 minutos ¿quieres perderlo hablando?
Emilio hace que no. Se queda inmóvil al ver como TresrEra se va sacando la ropa poco a poco. Le gusta mucho ver su torso desnudo. La mezcla de sensualidad que emite la mirada del chico, el deseo que provoca ese pecho contrasta con el crucifijo que cuelga de su cuello.
--¡¡eres más guapo que en las fotos¡ --Emilio impactado.
TresrEra le sonríe y le da las gracias. Emilio traga saliva. Le pone cachondo esos pantalones grises tan estrechos. Le excita ver como se le ven la goma de los bóxers, como se abrocha los pantalones, como se baja la cremallera y se queda en bóxers. Son negros y Conchi tenía razón, llevaba dentro un calcetín. Aunque el chico es guapísimo y le gusta igual, sí es cierto que le hubiera puesto más cachondo si tuviera algo monumental entre las piernas. TresrEra nota un poco de decepción en la mirada de Emilio.
--Qué pasa?
--No nada.
Y luego tímido:
--en las fotos marcabas más.
TresrEra le guiña el ojo. Agarra la mano del nervioso Emilio y se le mete en el calzoncillo. Emilio está al borde de un infarto mientras que el chico se toca con la mano de Emilio que nota excitado como aquello comienza a crecer de una forma vertiginosa.
--¿y ahora qué tienes que decir?
Emilio se queda mudo mientras TresrEra se quita el bóxers mostrando ante un impactado Emilio algo gigantesco entre sus piernas. Ya que Emilio no se mueve, el chico le dice:
--¿y no me la piensas comer?
Emilio se arrodilla y se lanza hacia ese pedazo de salchichón que se come bien a gusto mientras que TresrEra le va acariciando la cabeza.
--tranquilo, no seas ansioso… Hay tiempo…
Emilio se queda con ganas de más cuando TresrEra se la saca de la boca. Se acerca a él para desnudarlo. Le hace gracia verlo tan nervioso.
--¿es tu primera vez?
Emilio hace que no con la cabeza. Parece al borde de un infarto. Luego aclara:
--bueno, pagando sí.
TresrEra ya le ha sacado la camisa, le está acariciando el pelo para que el gozo lo haga relajarse. Le habla muy sensualmente:
--pero es lo mismo.
Le va bajando los pantalones mientras que Emilio se retuerce de placer. La voz sensual de TresrEra acompañada de su extraordinaria belleza hace enloquecer a Emilio. TresrEra le va bajando los jeans mientras le dice:
--sólo que a mí me puedes pedir lo que quieras y yo te lo hago… Déjate llevar, piensa en mí como en un amigo. No pienses en nada más.
Emilio está muy excitado y eso se le nota en su arma sexual que ya está saliéndose del boxers.
--¿qué quieres que te haga? – TresrEra con cara de actor porno y voz cachonda.
--¡mámamela¡
TresrEra mira a Emilio con cara de depravado y se arrodilla. Emilio grita de placer al tener un chico tan guapo a sus pies con su verga en la boca. Le gusta jugar con el pelo de él. TresrEra se muestra bestial y a la vez sumiso y es una mezcla que hace gozar mucho a Emilio. Llega un momento que no sabe bien si está con Carlos o no. Si son dos personas diferentes o la misma pero lo goza enormemente. TresrEra lame con interés el rabo de Emilio. De vez en cuando lo va mirando. Le gusta ver que goza porque es bueno por su trabajo y porque no siempre se siente tan valorado y deseado como lo está haciendo sentir Emilio.
Carlos estalla con furia al descubrir que su madre y Juan son amantes. No le hubiera dolido tanto si el amante de su madre no hubiera sido su amigo. Lo agarra del cuello. Pese a que Juan es bastante más alto que él, como no se resiste, Carlos lo levanta con facilidad.
--¡te voy a matar, hijo de puta¡
La mujer está asustada. Se levanta envuelta en la sábana.
--¡para, hijo, sólo fue una locura. Nos dejamos llevar, no nos volveremos a ver¡
Carlos está apretando con sus manos. A Juan le duele que su amada no defienda su amor. Él era algo más que sexo lo que buscaba. Ahora que han vivido su momento de amor no piensa renunciar a ella.
--¡¡yo la amo y no pienso dejar de verla¡
Carlos tumba a Juan de un puñetazo. Aunque Juan es mayor y más fuerte, Juan no hace ningún esfuerzo en defenderse. Carlos está encima del desnudo Juan sin dejar de golpearlo. La madre trata de arrancar a su hijo del cuerpo de su amante.
--¡para mí no ha significado nada, sólo un desahogo. Una manera de vengarme de tu padre¡
Eso le duele mucho a Juan.
--¡no es verdad, sentí que me amabas¡
Aunque sí siente cosas por él, la mujer está arrepentida de haberse dejado llevar. Defiende que fue un capricho, que se aprovechó de la belleza de él.
--Sólo quería devolvérsela a tu padre, podía haber sido cualquiera.
Juan mira a su amada con ojos llorosos.
--No me hagas esto --le suplica.
Carlos le tira la ropa y con desprecio lo va tirando hacia la calle.
--¡ya has oído a mi madre, no quiere saber de ti¡ ¡¡ya lo diste lo único que buscaba y ahora no le interesas más¡
Juan se va desnudo y dolido. Su amante llora porque no quería hacerle daño, Carlos la mira con rencor pero llega a un trato con ella.
--No se lo diremos a papá si no lo vuelves a ver.
Juan escucha desde el salón la propuesta y como ella acepta mientras él se viste. Se va del domicilio abatido.
Ajeno a lo que está pasando, Emilio disfruta del momento de mayor placer e intensidad en brazos de TresrEra que se la está chupando a Emilio. Éste siente que ya no puede más y se lanza sobre él. Recorre su cuerpo con las manos, la lengua. Es un cuerpo sin apenas pelo. Sólo, y poco, en las axilas y genitales. Emilio necesita explotar, se pone el preservativo ansioso, le abre las piernas y se clava en él. No tiene mucha experiencia como activo y le excita el que TresrEra se muestre tan sumiso y le deje hacer lo que quiera. Es rápido. Queda desnudo casi en shock al lado de TresrEra. Sabe que el chico cobra, que el contador corre y eso le sabe mal. Quisiera que ese momento no se acabara nunca.
--Hay tiempo ¿no? si te tengo que dar un poco más… yo…
TresrEra lo calla con un suave beso. No le había dado ninguno y eso le llena de ternura. Por un momento piensa que puede olvidar a Carlos en sus brazos.
--tranquilo… hay tiempo.
Al verlo dispuesto es el propio Emilio quien, con la boca, le pone el condón al otro. Ambos se miran excitados. TresrEra es salvaje y delicado a la vez. Se nota la experiencia. Ningún chico le había hecho gozar tanto. Emilio cierra los ojos, es a Carlos a quien se imagina dándole. Es un montón de explosión volcánica para ambos. TresrEra, aún jadeando, se viste deprisa. Después del momento de clímax ya ha cumplido con lo que le han pagado. Recoge el dinero de la mesita y se lo guarda. Mira el reloj. Tiene prisa.
Cuando se viste Emilio le pregunta:
--¿Nos volveremos a ver?
--Espero que sí… -- TresrEra simpático.
Emilio feliz, piensa en la posibilidad de pareja.
--ya sabes donde estoy, nunca le digo que no a nadie que venga con dinero.
Esto entristece un poco a Emilio pero sabe que es así que es el trabajo del chico.
--bueno pues si quieres volver a verme yo encantado.
Emilio suspira enamorado. Ha vivido un sueño, caro pero un sueño. No, no lo volverá a ver.
--Él no es Carlos.
Con ese guapo doble de Carlos sí se ha acostado y eso hace más fácil su consuelo.
Juan llega a su casa golpeado y asustado. Su padre se acerca a él.
--hijo, ¿qué te pasó?
Se llena de orgullo cuando sabe que se acostó con una mujer casado aunque se enoja un poco al saber que fue la madre de Carlos. Isabel los ha escuchado y se pone como loca. Empieza a golpear a su hermano. Creen que su reacción es desmedida pero piensan que le preocupa que eso afecte a su relación con Carlos aunque la reacción de la joven parece más bien ataque de celos.
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