martes, 18 de agosto de 2020

Capitulo 3






Ivan lo llama y cuanto más lo llama, Carlos más rápido se va.
--¿pero a este tío que le pasa, es tonto?
Carlos espera al ascensor nervioso. Al ver que Iván se acerca va hacia las escaleras.
--¿¡este tío porqué me persigue?¿qué quiere? –dice preocupado.
Iván agarra del brazo a Carlos .
--¿no me oías?
Carlos se hace el sorprendido:.
--Creo que me debes haber confundido. Yo no te conozco.
Iván cree que lo dice de broma pero al ver que no, que en serio quiere hacer el que no se conocen, se enoja. Decide no mostrar en seguida la billetera para divertirse un poco con él.
--eres tú y lo voy a gritar, conozco tu cuerpo… los lunares que tienes. como tienes la verga--dice desafiante.
--Calla por favor… --le suplica Carlos .
--No lo niegues¡¡Eso es algo que no soporto¡ --molesto.
Carlos mira hacía atrás por si alguien los está escuchando. Se queda más tranquilo al ver que nadie está pendiente de ellos.
--¿qué quieres? Nos divertimos, eso tiene que quedar en la noche.
--No quiero nada, Carlos
--¿Cómo sabes mi nombre? –Carlos sorprendido.
Iván le sonríe y le pone la billetera en la mano:
--La próxima vez que quieras estar con un hombre y luego desaparecer asegura que no olvides la documentación –le dice con ironía. 
Carlos se la guarda, está más tranquilo.
--gracias.
Iván se apoya en la pared. Mira a Carlos seductor. Nunca ha buscado nada serio, sólo divertirse pero Carlos le gusta para algunas noches más. Le dolería que fuera sólo un rápido polvo. Lo gustaría almenos poder disfrutar de su cuerpo más rato, más tranquilamente. Ve a Carlos más relajado y le dice guiñándole el ojo:
--nos podemos volver a ver
--bueno, pero no se lo digas a nadie
Le da el número de habitación. Iván se acerca a él que traga saliva excitado y nervioso.
--¿no me invitas ahora y eres de los que con una vez luego ya no funcionas?
Carlos se aparta sofocado.
--claro que no, soy de los que cuanto más lo hago mejor estoy.






Carlos habla excitado, se hace el experto y a Iván le excita mucho. Los dos se miran seductores, se comen con los ojos. Se desnudan calmadamente, se miran con cuidado. Los dos son atractivos y despiertan el deseo en el otro. Ninguno de los dos tiene prisa, no están ansiosos. Tienen parte de la tarde y toda la noche para gozar el uno en el otro. Cogen más cómodos, explotan todo el placer que les ofrece su cuerpo. Carlos sale desnudo de la cama.
--ya es muy tarde, mejor te vas.
Iván está desnudo, cómodamente en la cama.
--que palo tener que irme. Yo mejor me quedo a pasar la noche.
Carlos está nervioso.
--Oye que yo no sé lo que tú pretendes… Yo sólo quiero divertirme y…
Iván no lo deja seguir.
--Vale, ya lo he entendido.
Se viste con un poco de flojera. Carlos se ha puesto el bóxers.
--procura que nadie te vea.
Mientras se sube los pantalones, Iván se ríe.
--tú estás colgado ¿crees que la gente no tiene otra cosa que hacer que estar pendiente de si cojemos o no? –le dice en tono macarra.
Carlos igual no se queda tranquilo. 
--si me ves no me conoces.
Le suplica 
--por favor.
Iván se acaba de vestir sin decirle nada. 
--así que eres un gay reprimido.
Le habla con desprecio y Carlos se molesta.
--¡qué te importa¡
Ambos pasan del deseo a los ataques.
--¡eres un mierda, no me gusta la gente como tú --Iván.
--¿y tu familia lo sabe? --Carloa.
Por la cara ve que no.
--pues a mi me pasa lo mismo además no soy gay --Carlos
Iván burlón.
--si claro,
--estoy enamorado de una chica en serio pero ella me hace caso.
--no me extraña –dice Iván poniéndose la camisa.
Carlos se pone los boxers.
--Como sea es mi vida. ¡olvidame¡ Además vivo a kilómetros de aquí --en un tono de exigencia.
--Claro por eso te desastas… --Iván con desprecio.
Carlos se lleva las manos a la cabeza.
--¡No me marees, yo soy como soy…¡
--¡Vete a la mierda…¡ --dice Iván yéndose molesto.
En el momento en el que va a abrir la puerta, Carlos le dice:
--Nos podemos seguir viendo en secreto…
Le gusta Iván y no sabe si tendrá oportunidad de conocer a otro chico. Le gustaría aprovechar al máximo lo que le ofrece Iván pero a éste, aunque no busca nada serio, no aguanta que lo usen y después lo quieran tirar.
--¡así no me interesa¡
--no te pongas así --le pide Carlos a quien sí le gustaría seguir viéndolo.
--tú eres un niñato y a mi no me interesa
Iván habla con desprecio y Carlos se siente ofendido:
--¡he demostrado que puedo hacer las mismas cosas que tú¡ ¡¡haz gozado tú conmigo tanto como yo contigo¡
--¡si pero yo no me escondo, yo nunca te negaría¡ --le reclama.
Carlos no cree eso. Lo mira con desafío.
--es decir que voy a tu casa, me presentas a tus viejos y le dices… ¡este es el chico que me comió la verga bien rico y no sabéis lo que es que me la meta y metérsela¡ --irónico-- ¡venga ya¡
--no bueno, así no… --Iván avergonzado.
--¿¿lo ves? --le echa en cara Carlos -- ¡¡eres igual que yo¡
--¡a mi no me compares contigo¡ ¡si quiero podría hacerlo¡ --Iván furioso.
--si claro. Mira un consejo, haz como yo. El sexo es una delicia pero es algo de cada uno.
Iván lo trata con desprecio ya que no soporta que lo trate como si el experto fuera él (Carlos ):
--tranquilo, pasado mañana me iré de vacaciones. No nos volveremos a ver.
--¡pues mejor¡ ¡¡ni tengo ningún interés¡
--¡ni yo¡
Los dos se muestran rabiosos porque les ha molesto que no han logrado de convencer al otro de lo que querían. Se muestra enojados porque se desean y les da pena no seguir viéndose. Iván se mete en el auto. Da un golpe en el volante. Carlos se la toma con la ropa de la cama. Está dolido y muy enfadado.


Días después, el padre de Emilio viaja con su hijo en su auto. Dejan la costa, van hacia el interior.
--¿es que no me vas a hablar nunca más? Ya llevas días así, papá–Emilio.
El hombre ni lo mira. 
--¡estoy conduciendo¡
Emilio sabe que no tiene nada que ver, que su padre lo evita pero ahora están los dos solos. Pueden hablar.
--Papá no tiene nada de malo que yo sea gay.
--¡Pero no puedes ir chupándoselas a tus profesores¡
--¿y porqué no?
El hombre mira a su hijo de reojo. Molesto.
--¡¡nos han pedido que no te vuelvas a matricula en ese centro¡ ¿¿sabes la pena que he pasado?
--¡no es justo –se queja Emilio—a mi me gustaba¡
El hombre habla a su hijo con dureza:
--los profesores no están para lo que has hecho y mientras no lo aprendas no volverás a casa. Mi madre es una señora mayor y muy rígida, con ella se te pasará la tontería.
Emilio es recibido por su abuela. Ahí está su primo Iván. Los dos hacía tiempo que no se veían. Se saludan amablemente. A los dos les gusta la idea de compartir habitación.

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